Flor venenosa de espinas adictivas.

Te me expiras como los meses en abril y los suspiros en enero. Flor venenosa de espinas adictivas, huyo eternamente de tus pecados para encontrarme con de frente con tu atractivo. Cárcel de cristal, no sé si no tengo fuerza para romperla o son las ganas las que me faltan; solo quiero algo que sé que en el fondo no quiero, puedes darme ese beso o serás siempre quien engancha y no permite soltar. No serás mi cruz después de tantas tumbas, profanas heridas mal cerradas y rasco la costra abierta para ayudarte en tu misión.

Estoy metida en un bucle del que me creo capaz de salir, aunque en realidad tengo las cuerdas vocales atadas a las lágrimas de quererte más de lo que jamás podrás quererme tú, soy juego de tardes aburridas y tú eres amaneceres de prioridad. No sé elegirme esta vez primera porque me encuentro atrapada entre tus tentáculos. No conozco este acertijo, no me hagas sentir importante si solo distraes tus horas muertas por complacerte; arruinas mi ruina y elaboro mis mentiras, añoro tus miradas que ahora solo están envenenadas.