de cara al abismo

No ha vuelto la tormenta de verano al ser eterno, pues parecen que las flores no podrán volver a crecer salvajemente. Mas teme más este alma cruel a las espinas de la realidad que a aquellos versos que jamás formuló. El universo entero se ha teñido de morado cuando ha comprendido la simpleza que lo compone, porque solo seremos los locos amantes producto de las alucinaciones de un necio cobarde. Ahora quiere desaparecer todo cuanto la estructura, quiere borrar hasta su médula espinal, quiere quemar cada rincón el mundo y arrasar con todo; ahora solo quiere ser olvidada en las oscuras sombras del abismo, como si nunca hubiera existido. Solo un trueno en el vacío arranca sus sentidos, no hay margen de maniobra y tiene el tiempo las manos atadas. ¿Qué les queda a los demás? Nada es suficiente para el alma de aquel que sueña demasiado alto. 



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