Solo queda de mí los dibujos de nuestras queridas flores silvestres, aquellas que ahora soplan a la cobarde luz del sol que no te devuelvan la razón. Que detesto cualquier otra situación, esta carencia de condición y la ridícula sensación de ver que este poema puede rimar aun sin ti; yo siempre seré de versos libres y de relatos densos.
La pregunta exacta después de esta locura es dónde está. No me vale cualquier respuesta aunque las asumiría todas; pero si has salido volando por cobarde, que sepas que te has llevado mis alas valientes.

Te he guardado sitio, has creado un instante; no entiendo tu cabeza y me fascinan los enigmas, necesito esa respuesta, aunque no sea de tus labios.
He jugado todo a mí y aparentemente ni lo has respirado, mañana cuando suene, seguramente quien no está, esta vez seré yo.
Comentarios
Publicar un comentario