Que este efímero instante eterno; sepa el tiempo como detenerse. Aguardo cada segundo, la brutal electricidad que recorren nuestros cuerpos con tan solo rozarnos, y que se encienda esta inesperada conexión, el brillo de tu piel y ojalá pudieras entender como se eriza la mía con apenas pensarte.

He recorrido descalza tu ciudad, hallando tus besos furtivos en callejones sin salida, esperándote en cada uno de mis amaneceres.
Pon el ritmo cardíaco de mi incomprensible organismo a tanta velocidad que no sea capaz de entenderse científicamente, y sin tenerte delante todo mi vello aspira a echar a volar.
Siempre es el sonido de tu voz, así se altera la curiosa rutina, e imaginarte. Continuamente que asumo que puedo perderte; valiente ser que afronta múltiples situaciones.
Que le den a los exámenes.
Sonrisa en mi miedo, pánico y terror. Has sido baile de primer copo de nieve, razón por la que aspiro continuamente a superarme. Que caprichoso momento colocó tu risa al lado de la mía; suenas en cada canción, definición de sentirme ridícula.
En este laberinto creo que te encontraría antes que a nadie más. Te voy a contar tantas historias, aspiro a respirarte.
Lo cierto es que inspiras ternura con cada una de las frases aquí descritas. Un anhelo infundido en tu cuerpo de forma involuntaria que llegó para quedarse, como atrapada en un laberinto del que no puedes (ni quieres) salir.
ResponderEliminarSi tuviese que elegir una frase, sin duda me quedaría con aquella en la que dices: "Has sido baile de primer copo de nieve [...]". Con algo tan sencillo consigues expresar aquel sentimiento que se despierta en nosotros cuando vemos este primer copo de nieve caer, esa sonrisa dibujada en nuestro rostro, ese pensamiento fugaz de libertad y ese deseo que comienza a brotar por dentro de ver un paisaje dibujado de blanco.
Me alegra poder encontrar este pequeño rincón oculto de ti en el que te das a conocer desde tu yo más profundo.
Atte. LC.