
El nuevo cielo parece haber cambiado, siempre pensé que solo podía ser de este brillante azul y en el amanecer de mis crudas verdades, me hallo entre tus miedos. Suenan muy a lo lejos nuevos desconocidos acordes e intento darles una lógica melodía, como si no pudieran entenderse el uno sin el otro; e inexplicablemente no vuelvo a otros soportales.
Podría identificarte en cualquier escaparate y, desde hace mucho tiempo, no me siento un maniquí. La poderosa sensación de entenderse y, aún perdida entre mis profundos silencios, he encontrado algo a lo que aferrarme. En esta absurdez que es vivir, no me vale cualquier motivo, quiero arder salvajemente.
Quien trata de flor al feroz viento, conoce a penas los pétalos que siempre acaban volando; no hay escondite para este huracán.
Comentarios
Publicar un comentario