Una carta para mí.



Es una carta. Pero esta vez para mí.
Para recordarme porqué antes de estar aquí estaba segura de lo que estaba haciendo y diciendo.
Para recordarme que no por mucho que se desee algo, que no por mucho que se quiera con necesidad, se puede tener, para decirme de nuevo que el tiempo da la paz, y eso ya lo sé. Porque necesito desesperadamente acordarme de porqué me prometí huir. Porqué me dije que era lo que me hacia feliz, lo que podría hacerme libre, porqué me prometí que era el único camino, que necesitaba cuidarme, que no lo estaba haciendo nadie sino lo hacia yo.

Pero. Pero no estaba aquí. No estaba aquí sintiendo.
Como una fogata ardiendo se alza entre la nieve, ilumina la oscuridad y quema el polvo. Cómo el tiempo se me escapa entre las manos, se enreda entre el cabello, y solo vuelvo a tener esa inocente sensación de saber lo que es querer. Cómo no puedo evitar respirar profundo por si el perfume fugaz pasa de largo. Cómo se eriza cada vello de mi piel, sin control alguno. Cómo empiezo a rezar a miles de religiones, para pensar, para creer que todavía pueda ser correspondido. Cómo la energía fluye por mis venas, y las lagrimas de rabia se acumulan en mis ojos. Cómo deseo correr a su lado, como deseo pedir perdón millones de veces, una detrás de otra. Cómo tengo la necesidad de arrastrarme por el suelo, de que puedas volver a entenderme. Cómo me falta el aire con solo pensarlo, cómo recuerdo las manos del deseo. Cómo las heridas en mi piel se acumulan a base de golpes por tensión. Cómo fluye en mi, cada segundo, el dolor mas profundo jamas conocido. Cómo recuerdo lo que era ser contigo, con lo que fuera. Solo ser.
Así que necesito recordarme porqué no puedo hacerlo, porque no puedo ser al lado de tus huellas, porqué no puedo necesitarlo, volver. Porqué tengo que recordarme la razón por la que me siento atada y eso tiene que hacerme feliz. Verte volar, preguntarme si quieres quedarte, pero no poder preguntarlo en alto. Necesito recordarme porqué las alas me sangran, porqué se me oprime el corazón y dónde están las promesas de que todo eso había quedado atrás.

Es una carta para mí, porque necesito recordarme porque no puedo admitir que te quiero, con locura, con las manos atadas y libres, con el mundo mirando o sin él, con correspondencia o sin ella. Y porqué eso debería hacerme feliz.

Comentarios