Es una carta. Pero esta vez para mí.
Para recordarme porqué antes de estar aquí estaba segura de lo que estaba haciendo y diciendo.
Para recordarme que no por mucho que se desee algo, que no por mucho que se quiera con necesidad, se puede tener, para decirme de nuevo que el tiempo da la paz, y eso ya lo sé. Porque necesito desesperadamente acordarme de porqué me prometí huir. Porqué me dije que era lo que me hacia feliz, lo que podría hacerme libre, porqué me prometí que era el único camino, que necesitaba cuidarme, que no lo estaba haciendo nadie sino lo hacia yo.
Pero. Pero no estaba aquí. No estaba aquí sintiendo.

Así que necesito recordarme porqué no puedo hacerlo, porque no puedo ser al lado de tus huellas, porqué no puedo necesitarlo, volver. Porqué tengo que recordarme la razón por la que me siento atada y eso tiene que hacerme feliz. Verte volar, preguntarme si quieres quedarte, pero no poder preguntarlo en alto. Necesito recordarme porqué las alas me sangran, porqué se me oprime el corazón y dónde están las promesas de que todo eso había quedado atrás.
Es una carta para mí, porque necesito recordarme porque no puedo admitir que te quiero, con locura, con las manos atadas y libres, con el mundo mirando o sin él, con correspondencia o sin ella. Y porqué eso debería hacerme feliz.
Comentarios
Publicar un comentario