Has acabado conmigo.

Has acabado conmigo.

Me has dejado tirada en medio de toda esta historia que creamos.

Lo vi venir, pero no podía creerlo, no quería creerlo.

Has acabado con mis sueños a tu lado, con nuestras metas y con mi valentía.

Has acabado conmigo porque has querido.

Escupo tu nombre con pesar, con asco y rabia y ahora sé que nunca debimos ser nada cuando ni siquiera sabíamos quien eramos, pero soy yo, la que siempre se lanza al vacío y perdí.

Nunca debimos empezar esto, nunca debimos creer que acabaría bien, porque no sería así.

No quiero verte nunca más, no quiero oírte, hablarte y mucho menos sentirte.

Desaparece ¿vale? desparece, de la misma manera en la que apareciste, de la noche  a la mañana, como si nunca hubiera habido un pasado y mucho menos un futuro.

No, ahora no pienso en lo que vivimos, si es lo que te preguntas, por muy bonito que haya sido, me has dejado tirada, cuando solo estábamos tú, yo, las palabras y un montón de sentimientos.

No vuelvas a mirarme cuando crees que no me doy cuenta, porque lo hago y ahora duele más que nunca.

No vuelvas decir algo para hacerme reír, porque ya no puedo hacerlo.

No vuelvas a calcular la manera de que coincidamos o llamar mi atención de cualquier manera, porque te dolerá no volver a sentir que me haces feliz.

Sé lo has sido hoy, lo que has sido todos estos últimos meses, un completo cobarde.

Has acabado conmigo, pero no necesito tu ayuda para recoger mis piezas rotas, las recogeré sola o con ayuda de aquellos que siempre me quisieron.

Me niego a seguir viviendo una mentira, así que vete, porque sino lo haces me iré yo.

Porque has acabado conmigo.