Mira el pájaro.

Mira como vuela el pajarito, ansioso de libertad.
Más bello que una golondrina, más valorado que un ruiseñor.
Mira como baila el pajarito, ansioso de libertad, con ganas de respirar, ahogado en medio del mar, olvidado como un gusano.
Mira como se mueve, como alza las alas lejos todo aquello que le hizo sufrir, lejos del frío invierno, volando a un eterno verano. Mira como mueve cada una de sus plumas, gritando que es alguien.
Mira como se alza mucho más allá que los aviones, casi más que los cohetes.
Mira como vuela, solo, fuerte y veloz.
Quien lo diría, quien diría que ese pajarito volaría más alto que cualquier nube, más rápido que cualquier rumor y mucho más valiente que cualquier superhéroe.
Quien lo diría.
El pájaro. Sí, ese pájaro.
Ese que fue atrapado, ese al que llamaron débil por acabar en manos de una niña, ese al que llamaron fracasado por ser encerrado en una jaula, ese al que gruñeron por tener agua todo los días, ese que fue olvidado en un desván, ese al que nadie recordaba.
Mira ahora, mírale, mucho más alto que cualquiera de ellos, mucho más fuerte, valiente y libre que cualquiera de todos aquellos que le animaron a rendirse y a no seguir luchando.
Mírale, ahora en el cielo solo suenan sus alas al batir, callando a todos lo que se atrevieron a decir que no lo harían.

Por favor, no juzgues si nos conoces los hechos y si los conoces tampoco lo hagas.
Por favor, no le digas nunca a una persona que debe rendirse, no hagas nunca ningún comentario tratando de hundir a cualquier persona.
Por favor, no trates como inferior a aquel que no hace las cosas bien, porque un día las hará perfectas y volará mucho más alto que tú, volará por encima de cualquier cabeza y nadie podrá hacelo bajar, apagará tu luz por el simple hecho de que tú le animaste a abandonarlo todo.
Por favor, trata de volar y olvídate de los demás, vuela más alto que nadie por tus esfuerzos, no por los fracasos de otros.