¿Sería la inmensidad del mar del mismo componente químico si las sombras que poblaban tus rasgos faciales nunca se hubieran sumergido en el mismo? Entre los meses que trascurrieron pudieron los astros arropar tantas especies marinas, estarían esperándote solo a ti. Sin embargo, eras de cristal, eras de hielo; en mitad del centro del universo siempre habitarán las ínfimas cosas que pudieron decirse las pupilas recién conocidas en idiomas jamás entendidos, puede que bailen entre astros salvajes y la infinita oscuridad, arropados por la eterna certeza de que nadie nunca les verá. Serán los secretos gritados los más clavados en las profundidades de mi alma, los que miran al tiempo a la espera de quién traerá consigo el destino encadenado, quién elaborará el mapa de las más puras casualidades. Si alguno hubiera mirado de frente al transcurso de los acontecimientos nadie hubiera dudado en la veracidad del mundo, pero solo la espuma del mar parecía prever lo evidente, ¿no será demasiado evidente el miedo poblando la piel, el cabello arropado por el viento, las canciones de banda sonora? Solo puedes en medio de la inmensidad comprobar el arpegio mayor de las tonalidades vocales. Mientras danzan en la inmensidad del mar esos secretos y las almas se consumen en la bruma marina, pueden dos seres perdidos continuar entre bosques salvajes de altos ramajes ante promesas que romperán por capricho de lo ya se decidirá.
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