
De la efímera manera de tu existir me vi atrapada en serpenteantes olas marinas que adineradas por su placer no quisieron verme acudir. Serás aullidos nocturnos, pero este sutil alegato al alma pregunta al instante de permanecer donde se escondió el brillo del cielo cuando aún lucía rojizo.
No consigo mantenerme de pie en esta sonatina y aparentemente solo me dan esquinazo las notas sostenidas; es un baile complejo al pensar que podría resbalar. No se puede existir ante la perspectiva de no acudir a viejos entresijos atrapados a la fuerza por las diversas caprichosas formas que pueden ser.
No me has visto fluir porque siempre acudían a la cima con demasiadas ganas de aparentar, escapando de los que solo queríamos ser, mas un día echando a volar jamás tuvo valor de echar de menos lo que un día fue brisa de tu bruma, espinas de tu verdad.
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