Silencio al final del atropellado final, verso de suspiros entre tus capas de abrigo, justo al alcance del sueño de nuestras vidas.
Porque si tuviera la inmensa capacidad de leerte la mente, creería en alguna religión. Pero espero cada minuto de mi fin de semana a que levantes la mano, a que des nuestro esperado paso adelante. Solo una ventana, cristales de vidrio, y dos almas que no conocen nada más allá de un mundo enano, solo el pulso; atropellado.

Constantemente aprovechando la oportunidad de llamar tu veloz atención, entre el vapor que empaña tu mente colocada. Estoy rodeada de tu gente, esperando darme la vuelta, aquí en este precipicio has aparecido de forma abrupta.
Que tu voz se quede atorada a mi tímpano; este baile es probablemente el baile más bello que he bailado nunca.
Comentarios
Publicar un comentario