Suenas exactamente a la ultima vez que nos vimos, aquella noche tu ibas irónicamente disfrazado de la pena; suerte la tuya que yo iba preparada, portando mis mejores galas, vestida de la ilusión.

Ojala estuviéramos allí todo el año, los dos disfrazados de cosas que ni siquiera sentíamos, pero que interesadamente serían los roles que nos corresponderían en esta bella y divertida historia. Repito, si estuvieras aquí todo el rato, no tendríamos que imaginarnos bailando bajo la tenue luz, y tu no tendrías que fingir para ti mismo que esa pregunta no existe.
No te enfades, ni siquiera catalogaría esto en la etiqueta de relato, dejémoslo en sutil recomendación para ambos.
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