Necesito el suspiro fugaz de tu mirada sobre mi cabello ardiente. Necesito que te acerques y me lo digas. Necesito que desaparezca el maldito miedo, que abandones lo que te aprisiona tan fuerte y que vengas conmigo. De alguna manera ambos lo necesitamos.
Necesito que seas la melodía caprichosa que acompaña mi nervioso caminar, necesito que seas realista contigo mismo, y seas capaz de decirme que casa es más hogar.
Necesito que te olvides de que somos el centro del mundo y que todos nos estarán mirando, solo somos dos diminutos seres humanos más, con la conexión electrizante de dos almas que se han encontrado en medio de la arrasadora tempestad, y que solo estaremos bailando en el un rincón de nuestro pensamiento, donde nadie podrá estar mirando.
Necesito que olvides que hubo un tiempo donde no sabíamos que existíamos, necesito que olvides que hay más personas en el mundo, incluso que a veces podemos hacerlas daño. Necesito incluso eso. Y te prometo que guardaré tu secreto hasta la tumba, aunque no quieras olvidarlo.
Pero sobre todo necesito que entiendas que por mucho que intentes negarlo, nunca podrás no olvidarlo, porque seguiremos siendo hasta el fin de nuestros días dueños de una parte del otro, dueños del recuerdo, de los sentimientos y de las miradas. Dueños del querer, del poder, del saber. De la unión por medio de un secreto, de la admiración, de la pasión, del necesitarse y quererse. De la rabieta más pura, del capricho y la pregunta, de las respuestas sin sentido, de todo lo que oculta la risa, del buscarse, del jugar y dejarse de sentir.
Porque de alguna manera seremos eternamente dueños del universo que se extiende sobre nosotros cuando no hay nadie más, de la inmensidad de posibilidades que se extienden a nuestros pasos, y de que entiendas, porque yo ya lo he hecho, que esto no tiene vuelta atrás, que no para, que el tiempo es nuestro aliado, y que pasaran los segundos solo lo tendremos más claro.
Y ojala lo entiendas pronto, porque estoy empezando a tener la sensación de que te voy a esperar toda la vida.
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