Como un beso de mala muerte que suspira a escondidas del sol, me hallo en busca de mi reflejo en tu superficie y me da miedo lo que lógica en un inicio era y en este mísero punto no puedo controlar.
Temo con todas mis fuerzas el sentimiento instaurado en mi, las noches en vela de pensamientos fugaces y la imagen de tu mandibula grabada en mi memoria a prueba de fuego, como si no hubiera en este mundo nada más que mirar. Solo de escribirlo todas mis celulas se excitan.
Siendo realista y sincera que más me da todo ello, que mas me da lo que ocurre y pasa, sino por las consecuencias de tan atroz barbarie.
Y es la perdida absoluta de lo que un día fue, ese control de la situación y entender con palabras y emociones que lógicamente era pura lógica, pero no ahora que después del tiempo se acaban hallando tu mirada y la mia entre centenas de personas, casi intentando retarse a no encontrarse, como murciélagos que no ven. Aquello en un día fue calma sobresalta en el pecho y se encuentra bailando con tantísimas emociones que no quiere sentir, que no tenía planeado sentir.
Un plan brillante, algo que te lleva a casa, que rie, juega y va a demostrar quién eres, vaya con esta ultima razón, la de problemas que ha dado. Porque en lugar de hallarme entre la cordura y lógica, aliadas ideales, las muy traidoras prefieren clavarme el cuchillo por la espalda y dejarme a fuego lento ardiendo entre algo que quiero parar y no se cómo hacerlo.
Que mentirosa soy, no quiero pararlo, quiero la perdida absoluta de la lógica, que si la muy maldita no ha querido estar de mi parte desde el primer momento, que si ha decido marcharse a medio camino que no se quede a medias.
Bueno o eso o recuperarla por completo, consecuencias del miedo de no entenderte.
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